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Cicloturismo y turismociclo

Cicloturismo: turismo que se practica en bicicleta.
Turismociclo: turismo que se practica en bicicleta con todas las comodidades.

El primero de estos dos términos será incorporado en la vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia. Mientras, el segundo lo acabamos de inventar. Estos dos vocablos se refieren a conceptos parecidos, pero no iguales.
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Cosas que llevar en un viaje cicloturista

¿Qué cosas hay que llevar en un viaje cicloturista? Pregunta delicada si nunca has viajado en bicicleta. Hace unos días comentábamos las herramientas que solemos llevar en nuestras rutas de btt. Ahora queremos hablaros de las cosas que habitualmente llevamos en nuestros viajes, bien sean de btt, bien por carretera. Nos gustaría aclarar que nos referimos a viajes cicloturistas de una o dos semanas de duración y donde solemos pernoctar en albergues, hostales u hoteles. Nada que ver con viajes de larga duración como los de Mundubicyclette a los que ya nos hemos referido en nuestro blog.

Podemos dividir todo el equipo en cinco apartados (seis si vas a dormir en campings o en zonas de acampada).

a) Ropa ciclista
Aquí incluimos lo típico: culotte, maillot, guantes, chubasquero (importante aunque sea verano), chaleco o cortavientos y chaqueta (dependiendo de la época del año), guantes, casco, gafas polarizadas o con varios cristales (para los días nublados o de lluvia) y zapatillas. La cantidad culottes y maillots dependerá de los días y la posibilidad que tengas de poder lavar la ropa durante el viaje.

b) Ropa no ciclista
Este apartado es delicado. Te aconsejamos que vayas a mínimos, pues será poco tiempo el que vayas a utilizarla cada día. Así, te aconsejamos: ropa interior, un pantalón de aventura desmontable (te sirve como corto y largo), camisetas y algo de abrigo (sudadera). El chubasquero te servirá el mismo que el de la bici. En cuanto a coger otro par de zapatillas, nosotros somos partidarios de llevar otro por dos motivos: los pies descansan al cambiar de calzado y, lo más importante, si te pilla una lluvia intensa, al menos tendrás calzado seco. Otra prenda que solemos llevar en verano es bañador.

c) Herramientas
Como os comentábamos en otra entrada, somos partidarios de no llevar mucha cosa; qué sería de la vida sin los imprevistos. Nosotros llevamos: cámaras, bomba de aire, cajita de parches, herramienta multiusos (llaves allen, destornillador de estrella, etc.) tronchacadenas y eslabones de cadena, radios, centrador de radios y bridas. Además, también llevamos una pequeña botella de aceite. Si te pilla una buena tormenta, es posible que te haga falta tras limpiar la bici, sobre todo en viajes de btt.

d) Botiquín
Lo cierto es que al principio no prestábamos mucha atención a este tema, pero poco a poco hemos ido concienciándonos. Sin ser especialistas (consulta a tu médico o farmacéutico de confianza) nosotros solemos llevar: Betadine, gasas, toallitas con alcohol (de todo esto hay en paquetes pequeños), Calmatel, algún analgésico (Ibuprofeno) y cremas para las rozaduras, especialmente para el trasero. Os recomendamos Mitosyl para las rozaduras y Cicatral para los molestos granos en el culo.

e) Otras cosas
Este apartado es de carácter más personal, como puede ser libros, mapas, cámara fotográfica, móvil, cargadores, documentación. Un par de cosas que no deberías olvidar: un candado y bolsas de plástico de distinto tamaño. El candado porque siempre habrá algún momento que quieras o tengas que dejar la bicicleta lejos de tu vista. Las bolsas de plástico porque si te pilla una tormenta es posible que algo (equipos electrónicos) se te moje dentro de las alforjas. Te recomendamos que no escatimes con las alforjas, suelen llevar buenas protecciones y el agua no cala, pero aún así, no está demás llevar algunas bolsas para la documentación y el móvil. Te podemos asegurar que te sacarán de más de un apuro.

En definitiva, por llevar, uno puede llevar lo que quiera, pero viajar en bicicleta tiene el inconveniente de que el peso lo mueves tú con tus piernas, así que piensa bien qué es necesario y qué no lo es. Si no, seguro que te arrepientes.

Cicloturismo por La Rioja, Euskadi y Navarra

Después de muchos años haciendo cicloturismo, el viaje de este verano ha sido el más cicloturista de cuantos hemos realizado hasta el momento. La razón es que la bicicleta y el turismo han estado igual de presentes, sin que ninguna de las dos actividades prevaleciera una por encima de la otra. Etapas largas, puertos de montaña exigentes, carreteras maravillosas, gastronomía, historia y arquitectura, paisajes y naturaleza, pueblos encantadores y hermosas ciudades, todo ello se ha ido mezclando en un viaje de cicloturismo puro. Sigue leyendo

Este verano también viajamos en bici

Se terminan las vacaciones, en la televisión empiezan los anuncios de coleccionables y material escolar, en nuestra cabeza surgen de nuevo las recurrentes promesas para el curso que empieza (estudiaré inglés, iré al gimnasio) y la rutina se va instalando poco a poco en nuestras desordenadas vidas veraniegas. Es en estos momentos cuando rememoramos nuestro viaje veraniego y, sí, este año también hemos viajado en bicicleta. Sigue leyendo

Alforjas

Nuestro primer viaje con alforjas coincidió con nuestro primer viaje cicloturista. Hicimos el Camino de Santiago y recuerdo la sensación de libertad que te produce llevar contigo todo lo necesario, no tener obligación de llegar a un punto concreto, ser como Forrest Gump y empezar sin saber cuándo acabar.

Con el tiempo hemos hecho muchos viajes con alforjas, y a pesar del peso extra que mueves, una vez te pones en marcha la diferencia de velocidad debido a las alforjas no es determinante para el disfrute del viaje.

Cuando hicimos la Transpirenáica notábamos más el exceso de equipaje por los comentarios de los demás ciclistas diciéndonos que llevábamos mucho peso, que por las propias alforjas. Tal vez debimos haber llevado menos cosas, pero siempre he pensado que algunas de las subidas que hicimos no las hubiera podido hacer de no ser por las alforjas, ya que en caso contrario hubiera derrapado.

El verano pasado decidimos irnos a Suiza y por primera vez contratar el traslado de equipaje (de eso hablaremos en la próxima entrada) con lo cual ya no llevábamos alforjas. Así, pasara lo que pasara, cada día había que llegar a la siguiente población de destino donde nos esperaba el equipaje. Por otra parte tengo que reconocer que el haberlo hecho con alforjas hubiera sido un suicidio, porque en Suiza, aunque la mayoría de los caminos ya están asfaltados, los puertos son largos y con bastante desnivel. En esa ocasión me alegré por la opción elegida.

De todas formas, pese al esfuerzo extra que tienes que hacer y las muchas veces que lo pasas mal pensando que no llegas al final, siempre he disfrutado de manera diferente los viajes con alforjas. Como si fueran más pausados y el hecho de no tener la obligación de llegar a un destino concreto (aunque en realidad tengas reservado todos los hoteles) te hicieran disfrutar más de lo estupendo que es realizar un viaje en bicicleta.