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La DGT apoya la bicicleta

El segundo encuentro de ciudades para la seguridad vial ha concluido con la Carta de Córdoba, que recoge 12 objetivos para crear ciudades más seguras, saludables y sostenibles.

Entre los objetivos destacan, desde el punto de vista de la bicicleta, la extensión de las zonas 30 y la planificación de una red básica de carriles bici. Estas propuestas se unen al anuncio de una próxima reforma del Reglamento de Circulación donde la bicicleta empezará a tener un papel preferente en algunas situaciones frente al resto de vehículos motorizados dentro de las ciudades.

Sin duda se trata de una buena noticia para todos aquellos que apuestan por la bicicleta dentro de las ciudades. No será fácil convencer a las autoridades locales y otros colectivos (alguna asociación ya ha planteado su rechazo a que las bicicletas puedan circular por las aceras de más de tres metros de ancho como ha anunciado la DGT) de que la bicicleta es un elemento fundamental en la transformación de nuestras ciudades hacia modelos más sostenibles y saludables.

Contar con el apoyo de la DGT es un primer paso importante. Todo se andará (o se pedaleará).

Más bicicletas, menos accidentes

Es probable que la mayoría de la gente no lo crea, aunque les enseñéis estudios y datos que así lo demuestran, pero lo cierto es que cuanto más ciclistas en las ciudades menos accidentes. La razón no está en que al aumentar el número de ciclistas urbanos se legisle (a favor o en contra) ni que se mejoren algunas infraestructuras para proteger al ciclista. La razón está en que al incrementarse de manera notable el número de ciclistas, los conductores de vehículos motorizados modifican su conducta frente a los ciclistas al no verlos como unos extraños, lo que finalmente incrementa el respeto hacia ellos.
Esto viene a ratificar una de las ideas que ya hemos apuntado en otras ocasiones en nuestro blog: es necesario crear una cultura de la bicicleta urbana que vaya más allá de medidas populistas, aisladas, incoherentes y sin un objetivo claro.
Una pregunta para la reflexión: ¿esto sería extrapolable a las carreteras? ¿más ciclistas por las carreteras nos llevaría a menos accidentes? ¿cómo crear una cultura de la bicicleta por el asfalto?

Vamos mejorando: las bicis en el metro

Parece que poco a poco nos vamos concienciando que cada vez más gente usa la bicicleta como vehículo de transporte. Esto es lo primero que he pensado al leer la noticia de los nuevos vagones para bicicletas en el Metro de Madrid.

Aún queda mucho para que podamos llegar a movernos libremente con la bicicleta por cualquier lugar tanto dentro de nuestras ciudades como entre ellas, pero por lo menos esta medida adoptada por el Ayuntamiento de Madrid nos llena de grandes esperanzas de que en un futuro esto sea posible.

En nuestros viajes en bicicleta por España y el extranjero siempre hemos tenido el inconveniente de cómo transportar nuestras bicis.

El principal temor en los viajes en avión es que la bicicleta no llegue a su destino, con lo que el viaje que tanto has esperado y planeado resulta imposible. Otro inconveniente es que debes adquirir una buena maleta rígida para la bici si quieres que te llegue en buenas condiciones o ingeniártelas para empaquetar la bicicleta con mucho cuidado (todos sabemos el trato que recibe el equipaje en los aeropuertos).

En el tren no mejora mucho este temor ya que puedes presentarte con tu billete en la mano y tu bici lista para entrar en el tren (tras largas consultas telefónicas para informarte de que se permiten las bicis) y que en ese momento no te dejen subir la bici.

Por este motivo, en los viajes que hemos realizado por el extranjero hemos decidido alquilar las bicis en el destino. Esto tampoco ha resultado muy buena solución. En nuestros primeros viajes a Holanda y Alemania las bicis que nos ofrecieron eran auténticos hierros, tal vez para ir por la cuidad a dar una vuelta pudieran dar su resultado, pero no eran bicis para hacer un viaje. En nuestro último periplo extranjero, este verano decidimos ir a Suiza en coche para poder llevarnos nuestras bicis. Pero tengo que deciros que en Suiza se pueden alquilar buenas bicis sin problemas. En todos estos países transportar las bicicletas en el tren no es ningún problema: siempre hay vagones diseñado para llevar bicicletas. En Suiza y Canadá (que nosotros hayamos podido comprobar) los autobuses metropolitanos llevan portabicis para que sus viajeros puedan combinar ambos medios de transporte perfectamente. Incluso se fomenta este tipo de turismo (ver ejemplo)

Que empecemos a tener vagones para las bicis en el Metro de Madrid nos da esperanza de que, tal vez, en poco tiempo también tengamos trenes (de cercanías, regionales, intercity,…) y autobuses preparados para el transporte de bicis sin ningún tipo de restricciones.

Dos noticias, dos formas de fomentar el ciclismo urbano

De todas las noticias aparecidas en las últimas semanas sobre las acciones que están tomando algunas administraciones para fomentar el uso de la bicicleta en el entorno urbano, quisiéramos destacar dos por su antagonismo. Aparentemente las dos persiguen el mismo objetivo, sin embargo, la forma de incentivar el ciclismo urbano dista mucho la una de la otra.

La primera noticia hace referencia a la ayuda de 80 euros que el Gobierno de Cantabria va a dar a todos los ciudadanos que compren una bicicleta durante estas Navidades. Según la información publicada, se van a destinar 375.000 euros a esta iniciativa. La segunda de las noticias informa sobre la instalación de 180 parkings para bicicletas en el área metropolitana de Barcelona.

Según la primera iniciativa, podría afirmarse que la gente no va en bicicleta por la ciudad porque no tiene una. ¿Es ese el principal problema que impide su uso en el entorno urbano? Hagamos la pregunta de otra forma ¿todos los que tienen bicicleta en Cantabria la usan para circular por la ciudad? Y todavía, una pregunta más: ¿Todos los que hagan uso de esta subvención utilizarán la bicicleta en el entorno urbano en sustitución de los vehículos motorizados? Nos tememos que las respuestas a estas preguntas no van en apoyo de la medida. Por el contrario, la segunda iniciativa no fomenta la compra de bicicletas, sino que facilita el uso de éstas, dando solución a uno de los principales problemas que frenan el ciclismo urbano: el robo de bicicletas estacionadas.

Son dos medidas que difieren en aspectos básicos:

Beneficia a pocos/muchos. En la primera se estima que la medida beneficiará a 5.000 personas. Con la segunda se podrán beneficiar muchos más ciudadanos.

No/sí garantiza la consecución de sus objetivos. La primera no asegura conseguir los objetivos que persigue ya que los beneficiarios pueden usar sus bicicletas para otros usos. La segunda de las medidas, sin embargo, sí fomenta el uso de la bici como alternativa al vehículo motorizado.

Medida populista/eficaz. Los gobernantes tienden al populismo y la demagogia especialmente en aquellos temas que suenan modernos, verdes, solidarios, etc. Lo que no significa que sus medidas lo sean. La primera es una medida populista e ineficaz. Antes de invertir el dinero de todos, debería analizarse un poco más qué alternativas existen y si las medidas realmente inciden sobre los objetivos que se persiguen. Algún estudio extranjero afirma que la creación de infraestructuras es un paso previo para la creación de una cultura sobre la bicicleta, aunque como ya comentábamos en otra entrada, tampoco las infraestructuras son un fin en sí mismo. El objetivo es la cultura de la bicicleta.

Medida aislada/coherente. El fomento del uso de la bicicleta no se hace con medidas aisladas, populistas y mal orientadas. Es necesario un conjunto de medidas bien orientadas, coherentes y que formen parte de una política dirigida a crear una cultura de la bicicleta, como algunas ciudades están demostrando.