En esta entrada comentaremos aquellos aspectos organizativos que, bajo nuestro punto vista, destacaron tanto positiva como negativamente de la Transalp 2013. En general se trata de un evento bien organizado, donde se nota la larga experiencia acumulada por el número de ediciones realizadas. Por ello, sorprende algunos detalles que hacen la vida del participante algo incómoda.
LO MEJOR
Proceso de inscripción y acreditación
El proceso de inscripción a través de la web es muy profesional y con una gran automatización. Se realiza en dos fases: la primera para inscribirte y la segunda para indicar los alojamientos donde el participante ha decidido hospedarse en cada etapa. Todo se realiza en la misma web y con gran sencillez. La información queda recogida en una base de datos y la organización no está constantemente solicitando información adicional.
El día previo al inicio de la prueba, la acreditación se realiza de forma rápida y muy ordenada, a pesar del gran número de participantes.
Material entregado
En la acreditación, recibes el siguiente material: libro de ruta muy detallado (con perfiles, desniveles, datos técnicos e incluso rutómetro); maleta de gran dimensión (de uso obligatorio) para llevar tu equipaje entre las poblaciones de fin de etapa; identificación personal con números de teléfono de emergencia, organización y transporte de maletas; bidón de agua y bidón pequeño para bebida isotónica; una barrita energética. Llama la atención que no entreguen un maillot de participante. Solo reciben un maillot de la prueba los que consiguen terminar.
Servicio médico
Aunque no nos hizo falta utilizarlo, la asistencia médica durante la prueba funciona muy bien por lo que pudimos observar. El equipo se componía de tres motocicletas que constantemente están moviéndose a lo largo del pelotón. También disponían de un vehículo 4×4 medicalizado. Además, como tuvimos ocasión de ver, las ambulancias e incluso un helicóptero acudieron a socorrer a heridos más graves.
Asistencia mecánica
Al finalizar la etapa tenías la posibilidad de dejar tu bicicleta en un taller organizado por un patrocinador, quien se encargaba de limpiar, revisar y repararla (si era necesario). Solo pagabas las piezas.
El recorrido
Como ya hemos comentado en la entrada anterior, el recorrido destaca por su variedad. Aunque al principio hay mucho asfalto, con el paso de las etapas se reduce y las pistas y sendas son las protagonistas. Los paisajes y zonas por las que transita son muy hermosos.
Amplia participación
Un evento que reúne a más de 900 participantes requiere de una organización solvente. En este sentido, durante las distintas etapas no se nota que el número de participantes sea tan elevado, pues todo tiene la dimensión adecuada para que funcione perfectamente (incluso los que vamos en la parte trasera del pelotón). Además, la organización ofrece algunos servicios singulares más allá del típico masaje: hay un servicio de lavandería para lavar tu culotte y maillot.
LO PEOR
Encontrar alojamientos
Este es sin duda uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de participar en la Transalp, si decides no pernoctar con tu saco de dormir en el Transalp Camp ofrecido por la organización. Los pueblos donde terminan las etapas son generalmente pequeños y muy turísticos, con lo que encontrar hoteles u hostales donde alojarte es muy difícil en muchos de ellos. En alguno (Crespano del Grappa) directamente no hay ningún alojamiento. En este caso, la organización pone autobuses para llevarte a las poblaciones cercanas. Lo que resulta muy engorroso y dificulta el descanso (llegas muy tarde al hotel después de la etapa, y al día siguiente te tienes que levantar muy pronto, 5.15 horas) En tres localidades, ante la imposibilidad de encontrar alojamientos, dormimos en la autocaravana de unos amigos que casualmente estaban de vacaciones por los Alpes y amablemente se acercaron a la zona de la prueba durante esos días.
Prueba para veteranos (en la Transalp)
En ocasiones uno tiene la sensación que esta es una prueba organizada para gente que ya ha participado en ediciones anteriores. A pesar de la información que la organización te entrega sobre numerosos aspectos del día a día, siempre hay cosas bastante básicas que parece obviar, como si fuera conocido por todos. El caso más sorprendente es el de los tracks de la ruta. Tanto en la página web, como al terminar el proceso de acreditación, uno tiene la sensación de que no hay tracks, que la organización no ofrece y que la ruta se tiene que seguir siguiendo el libro de ruta y la señalización (abundante y muy correcta, por cierto). Finalmente descubres (si lo preguntas) que hay un señor en una sala que te carga los tracks en el GPS.
Desamparo del corredor al finalizar la etapa
Muchos de nosotros tuvimos la sensación de que una vez cruzas la meta cada día quedas un poco desamparado. El tema del alojamiento ya lo hemos comentado, pero además, muchas veces el Bike Wash, el Bike park y el Transalp Camp están en distinto lugares del pueblo y alejados de la llegada. Tanto es así, que había días que veías una peregrinación de bikers de un lado para otro. Otro aspecto muy mejorable es el lugar donde dejas el equipaje antes de comenzar la primera etapa y donde te lo dejan al retornar al pueblo de inicio una vez concluida la prueba. Este es posiblemente el mayor error organizativo: no se puede ubicar el lugar de entrega y recogida de equipaje a 2 km del lugar de partida de la etapa. Obviamente quien realiza la prueba con acompañante y vehículo propio no tiene problema. Para los que acudimos en avión y tren, es un verdadero problemón llevar las maletas hasta allí. La respuesta de la organización fue: tienes que llevar el equipaje por tus propios medios. (Y punto pelota). En nuestro caso, otro experimentado participante (en once ocasiones) nos hizo el favor de llevarnos las maletas hasta allí en su vehículo. A la vuelta tuvimos que hacerlo a pie.
Estos son los aspectos más destacables bajo nuestro punto de vista. Ni lo bueno, ni lo malo nos impidió disfrutar de esta experiencia. Así que te animamos a que lo intentes.
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