Se acerca la primavera; es tiempo de pensar en los objetivos de la temporada. Como las yemas latentes de las plantas que un día se convertirán en flores, los objetivos están ahí esperando que nos decidamos a perseguirlos. Los objetivos son como la sal: un poco hacen que la vida sepa mejor; en exceso pueden arruinarla. Además, no sirve cualquier objetivo, solo los objetivos CREM son los que darán sentido a tu vida, son los que vale la pena perseguir. Nosotros ya tenemos dos objetivos CREM para esta temporada.
Un objetivo CREM es un propósito Claro, Realista, Endógeno y Medible.
Nuestro objetivo debe ser CLARO, es decir, debe estar definido con claridad, sin que genere ninguna duda en aquellos que deben lograrlo.
También debe ser REALISTA. Esta es una propiedad fundamental para que el objetivo sea motivador. Debe ser exigente y suponer un reto, pero no tanto para nuestras circunstancias que nos invite a desistir de su persecución. En el canódromo la liebre debe correr más que el galgo pero no mucho más, para que el can crea que puede alcanzarla. Así deben ser nuestros objetivos.
ENDÓGENO quiere decir que nace o se origina en el interior. Si un objetivo no lo hacemos nuestro, no lo sentimos como algo propio, con independencia de cuál sea la recompensa, no generará la suficiente motivación para perseguirlo con todas nuestras fuerzas. Lo que hace que un objetivo nazca de nuestro interior o lo interioricemos como nuestro depende de cada uno de nosotros. Nadie nos puede ayudar en esto, además las recompensas pecuniarias suelen ayudar poco.
Por último, el objetivo debe ser MEDIBLE para permitirnos saber sin ningún género de dudas si lo hemos alcanzado. Esta es una característica cruel, pero la vida también lo es en ocasiones. No caben medias tintas; o logras tu objetivo o no lo logras. Que el resultado final te recompense sin haber alcanzado tu propósito es otra cuestión, no siempre todo es tan maniqueo. La vida se conforma de victorias y derrotas y todas ellas forman parte de nuestra persona. ¿Te imaginas ganar siempre?
Lograr tu objetivo es importante, pero el verdadero objetivo es perseguir el objetivo, no existirían los objetivos si no tuviéramos que perseguirlos, así que un objetivo realmente es la persecución de él mismo. Suena un poco a extraño, casi filosófico, como un trabalenguas. Pero piensa que siempre consiguieras cualquier objetivo que te propusieras y, además, lo hicieras sin esforzarte, sin necesidad de luchar por él, ¿sería eso un objetivo? ¿Respirar aire cada día es un objetivo? No, solo lo es cuando escasea.
Como decía al principio, ya tenemos un par de objetivos CREM para esta temporada.
El primero es volver a la Non Stop de Tracks del Diable. Tras la decepción del año pasado, había que intentarlo de nuevo. ¿Cómo no hacerlo? ¿Qué clase de deportistas seríamos? Sin duda, para nosotros un gran objetivo CREM. Difícil, pero no imposible.
El segundo es un objetivo de mayor envergadura, aunque no parece tan difícil después de nuestro paso por la Transpyr: ser finisher en la TransAlp. Ya estamos inscritos, así que solo queda entrenar para ello y disfrutar mientras tanto.
¿Y tú, ya tienes tu objetivo CREM?
No conocía la TansAlp. Envidiable y gran reto. Disfrutaremos con vuestras crónicas. Esto se pone muy interesante …
Suerte en el objetivo y en la persecución, y sobre todo que lo disfrutéis.