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En esta época del año, en la que el frío es un compañero fiel en nuestras rutas ciclistas, es frecuente enfrentarnos al dilema de cuánta ropa ponernos o cuánta debemos llevar a cuestas para evitar enfriarnos demasiado.

Además de tener en cuenta la variación de la sensación térmica que percibimos en función de la velocidad a la que circulamos (como ya os contamos en otra entrada), también conviene saber, si nuestra ruta circula por la montaña a diferentes altitudes, que la temperatura también oscila en función de la altitud a la que nos encontramos.

Hay una regla sencilla para conocer qué temperatura hará en el punto más alto de nuestra ruta: la temperatura desciende 0,65 grados centígrados por cada 100 metros que ascendemos. Esta norma se cumple siempre que las condiciones climatológicas permanezcan estables. Si comienzas tu ruta a 250 metros de altitud con una temperatura de 7 grados y tienes previsto ascender hasta los 1000 metros, ten en cuenta que en lo alto la temperatura será de 2,1 grados.

Una sencilla regla que te dará una idea de las temperaturas a las que deberás enfrentarte. En cualquier caso, en invierno y por la montaña es mejor que no escatimes en ropa de abrigo por llevar algo de peso extra. Si tienes que elegir para no llevar demasiado peso, recuerda que en la montaña antes se muere de frío que de hambre o sed.

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