¿Qué probabilidad hay de encontrarte con alguien que conoces en medio de la montaña? Pocas o muy pocas. Si en una ciudad puedes pasarte meses sin coincidir con un conocido, toparte con alguien que conoces haciendo una ruta de btt lejos de tu casa es tan difícil como que te toque la lotería. Sin embargo, esto sucede más a menudo de lo que las leyes de la probabilidad nos indican.
Estos días estamos haciendo la travesía btt Pedales de los Ports. A mitad de la primera etapa nos hemos topado con Pablo, un biker con quien compartimos muchos kilómetros durante la Transpyr. Ha sido toda una sorpresa: qué casualidad. Hemos conversado durante unos minutos y luego hemos continuado cada uno con nuestras rutas. Aunque ha sido un encuentro breve, siempre reconforta encontrarte con alguien conocido que comparte tu afición y tu pasión por la bicicleta y la naturaleza.
Durante los kilómetros que han seguido al encuentro, los recuerdos de la Transpyr han vuelto a nuestra mente. Y es que verte con alguien con el que has compartido una aventura como aquella es como volver a ver fotografías o releer el diario; siempre sirve para rememorar experiencias pasadas.
En esta ocasión nos hemos encontrado con Pablo, ahora estoy seguro de que algún día nos toparemos con David y Asier, aquellos vascos con los que compartimos buenos momentos durante la Transpirenaica. Porque visto lo visto, qué pequeño es el mundo.