Ahora que andamos preparando la Non-Stop de Tracks del Diable, hemos empezado a usar una función del Garmin Edge 705 que hasta ahora no utilizábamos: el Virtual Partner, un rival al que te enfrentas durante tus rutas.
Con la finalidad de mejorar nuestro ritmo, en el plan de entrenamiento que nos diseñamos incluimos repetir algunas de las rutas que hicimos el año pasado en la preparación de la Transpyr, así como repetir alguna dos veces para ver si progresábamos durante estos meses.
Lo cierto es que al repetir las rutas del año pasado la mejoría era tan notable que el Virtual Partner no nos era útil, nuestro competidor virtual (que no es más que nuestro tiempo de la ruta anterior) se quedaba atrás a las primeras de cambio y le perdíamos el rastro. Sin embargo, cuando hemos repetido una ruta con pocas semanas de diferencia, la lucha contra nosotros mismos se tornaba intensa.
Lo bueno del Virtual Partner es que ves en la pantalla del GPS si vas por delante o por detrás de tu competidor, es decir, si estás mejorando tu tiempo en cada momento de la ruta. Además lo puedes ver de tres formas distintas: en el mapa, en lugar de una flecha, aparecen dos; otra forma es con una pantalla donde se ve el perfil de la ruta y sobre él dos bolas, una eres tú y la otra el virtual partner. La última forma es mediante dos bicicletas que avanzan en horizontal. Si vas más lento que tu competidor virtual, tu bicicleta se va quedando atrás.
Al principio es muy divertido, pero a medida que pasan los kilómetros el Virtual Partner se convierte en una obsesión. El tío no ceja en el empeño, no da respiro, siempre anda al acecho. En realidad, como estás compitiendo contra ti mismo, hay momentos que piensas cómo es posible que la vez anterior hicieras la ruta tan fuerte, o que me haya recuperado en este tramo si creía que había subido más rápido. Tras usarlo en varias rutas, casi podría decir que el Virtual Partner es más una herramienta de entrenamiento psicológico, por la presión a la que te somete, que un entrenamiento físico. Es cierto que puedes cambiar de pantalla y no ver si vas mejor o peor que la vez anterior, pero, entonces ¿para qué quieres el Virtual Partner?
En nuestra época de nadadores también teníamos que mejorar nuestro ritmo en los entrenamientos. Repetíamos algunos ejercicios durante la temporada para ver la progresión, sin embargo, no recuerdo que psicológicamente fuera tan exigente. Seguramente porque era un ejercicio que duraba un tiempo relativamente corto (media hora, una hora máximo). Aquí estás toda la ruta con el tío pegado a tus talones, sin poder descuidarte un momento. Es posible que también sea porque esto de la bici era una afición no competitiva, y cuando empiezas a tomarte las cosas más en serio, el enfoque cambia. Vaya que si cambia.
En la próxima entrada os contaré algunos aspectos del funcionamiento del Virtual Partner.