Hace unos días nos enterábamos de la apertura de un nuevo centro btt en la Comunidad Valenciana (tras el de L’ Orxa y Morella).
Estupendo, ya tenemos tres centros btt que aspiran, entre otras cosas y según la Consejera de Turismo, a dinamizar el turismo de interior. Lo cierto es que la idea es buena, pero mucho nos tememos que la realidad vaya a ser otra, pues como ya argumentábamos en una entrada anterior , tras el trabajo de base (diseño, señalización de las rutas, acondicionamiento del punto de acogida) el futuro del proyecto se abandonará a su buena suerte. Y por qué digo esto, por una sencilla razón: de los tres centros btt existente en la Comunidad Valenciana, de momento el único cuyo proyecto se desarrolló casi al completo fue el de L’Orxa, ya que tras su apertura se hizo un mínimo de gestión para su comunicación y venta. Por no tener, no tienen ni web propia. ¿Cómo piensan atraer al turismo deportivo? Desde luego no será con sus campañas de comunicación, sus excelentes páginas web llenas de información, su oferta turística y de servicios complementaria, la organización continuada de actividades, etc.
Hasta el momento, los centros btt de la Comunidad Valenciana son poco más que una compilación de rutas señalizadas con sus respectivos tracks. Y eso, en sí mismo, empieza a carecer de valor, ya que el público objetivo de estos centros (turistas deportivos) suelen ser en su mayoría usuarios de GPS, por lo que no necesitan de un centro btt para visitar una zona desconocida: ya tenemos a Wikiloc para encontrar rutas en territorios desconocidos.
En resumen, o se va más allá con la implementación y posterior gestión de los centros btt en nuestra Comunidad, o se convertirán en proyectos “humo” difuminados y olvidados por una costumbre muy arraigada en nuestra tierra: iniciar y anunciar proyectos a bombo y platillo, para luego caer en el olvido por falta de buena gestión.