Estaba barajando otro título para esta etapa (Dancing in the rain) pero finalmente me he dicido por el otro. Cualquiera de los dos hubiera caracterizado la ruta de hoy. Finalmente he optado por parafrasear la canción de Bob Dylan porque creo que no has hecho sufrir más. Aunque no estoy seguro.
Cuando estaban planificando la Transalp, alguien debió pensar que no habían metido ninguna etapa rompe-piernas. Pues metemos una que se van a enterar, dijo algún iluminado. Las piernas ya las traíamos rotas. Hoy nos han roto el alma. ¿Se pueden meter más subidas a pie en treinta kilómetros? Creo que no. Hemos llegado al primer avituallamiento sufriendo más de la cuenta. Sonia andaba muy justa. Tanto que le he dicho (casi ordenado) que íbamos a parar más tiempo de lo habitual. Que se sentara, comiera tranquilamente, se quitara las zapatillas y se olvidara si nos sobraba tiempo o no.
A partir de ahí la etapa se ha suavizado, por decirlo de algún modo. Puertos más largos con menos pendiente. A estas alturas, cualquier cosa por debajo del 10% de desnivel nos parece un descanso. Con la comida y un descenso Sonia ha empezado a recuperar sus maltrechas fuerzas. Pero todo no podía ser felicidad. En lo alto del primer puerto ha comenzado a llover. ¡Cinco días en la Transalp y ni una gota de agua! Ya nos parecía mucha suerte.
Al principio ha sido una lluvia ligera, pero camino del segundo puerto la cosa se ha puesto seria. Tan seria que ni chubasquero ni nada. Chopados y frío hasta los huesos. Ha sido una hora de lluvia intensa. Al llegar al segundo avituallamiento estábamos helados. Tras comer, seguir subiendo el puerto y cesar la lluvia hemos entrado en calor.
Hemos coronado el puerto con tiempo suficiente. Solo quedaban diez kilómetros de bajada, así que a pesar de nuestros temores, llegábamos a meta con tiempo suficiente. El descenso ha sido complicado. Primero por carretera, sin problemas. Pero luego nos han desviado por unas sendas que con el agua que ha caído estaban muy peligrosas. Especialmente los tramos con piedras grandes y resbaladizas. En uno de esos tramos he resbalado cuando íbamos andando y me he dado un buen costalazo. Sin más consecuencias.
Hemos cruzado la meta antes de lo que teníamos previsto. En menos de ocho horas hemos completado los 74 kilómetros. Sin embargo, Sonia en la cena me ha dicho que ha sido el peor día de toda su vida encima de una bici. Debe ser el efecto halo, porque de malos hemos pasado muchos. Lo que pasa que se te olvidan pronto. Espero que sea eso y no que se le están acabando las baterías. Aunque conociéndola, estoy seguro que aún va a dar guerra. Lo que no ha salido en ninguna conversación es la idea de retirarse. Eso no está en nuestro vocabulario.
Mañana volvemos a las etapas de más de cien kiómetros. Sin embargo, creo que no será tan dura como hoy. Nosotros seguimos a la caza de nuestro maillot de finisher. Solo quedan tres etapas. El cansancio nos sale por las orejas, pero seguiremos persistiendo. Prometido.
Viendo los comentarios, me queda poco que añadir. Si acaso intentar transmitiros algo de fuerza y ánimo que seguro que nunca viene mal.
Como bien dice Alex, las próximas rutas que hagamos por la Calderona y alrededores van a resultar poco menos que un calentamiento para vosotros, así que me tocará intentar hacerlas algo más rápidas para que al menos os divirtáis un poco, jejeje.
Ahora en serio, un fuerte abrazo a mis dos ídolos y mucho ánimo que después de lo pasado, lo que queda os lo ventiláis en un suspiro.
Saludos
David Solano
Creo que a partir de ésta aventura voy a dejar de salir con vosotros! Me dará vergüenza convocaros para rutas de 40 kms y 1.000 metros de desnivel, jejeje!
Por cierto, ya os he colocado en mi lista de héroes!
Ánimo chicos!
Karo! es que una transalp sin bicillaverismo no es una transalp, a nosotros ya nos tocó, ya, hace tres años empujar –y de lo lindo– montaña arriba y motaña abajo (sí, también)…
Bueno, ya sabéis cómo van estas cosas en carreras tan largas, un día estás petado viéndolo todo negro, y al siguiente parace que te han puesto las piernas nuevas!
Ánimo chicos, seguro que lo conseguís!!!!
(Joe, siento no haberme pasado antes por aquí!)
Hay rondando por ahí un «indicador de esfuerzo»… No sé si hay suficientes variables para medir realmente el que vosotros estáis haciendo. ¡Ánimo!
Pues sí que tenía pinta de rompe piernas y por lo que veo así ha sido. Ánimo, los perfiles de las etapas que quedan «parecen» más idóneos para vosotros. Supongo que el cansancio es el peor enemigo ahora mismo pero la cercanía del objetivo el mayor aliciente.
Mucho ánimo!
Podrías poner los acumulados de cada etapa y kms que vais haciendo? Gracias.
Después de ésto lo de subir al Gorgo lo haréis con el plato grande y yo detrás atado con un cordel a vuestra tija. Arre!
Gracias a todos por vuestros comentarios. Lo cierto es que reconfortan mucho vuestras palabras de ánimo. De verdad.
Esperamos no defraudar a nuestro público.