Como decía un viejo entrenador que tuvimos cuando comenzaban los campeonatos: ya estamos metidos en harina. No solo porque hemos completado la primera etapa, sino porque vas con tu acreditación a todos los lados, porque ya hemos comido dos pasta party (cómo echamos de menos las de la Transpyr) o porque empiezas a compartir experiencias con otros corredores de diferentes países.
A las nueve de la mañana comenzábamos a dar pedales los más de novecientos corredores. En cuanto hemos dejado el asfalto y hemos empezado a rodar por la tierra, el pelotón ha levantado una gran polvareda, al igual que una manada de ñus por las praderas del Serengueti. Unos kilómetros más adelante, cada uno estaba en su sitio, unos muy adelante, y nosotros, muy atrás (pero a buen ritmo).
Los 111 kilómetros y 2.100 metros de desnivel acumulado por pistas y asfalto han configurado una primera etapa fácil y rápida, cumpliendo con su objetivo: romper el fuego, quitar los nervios de partida, desentumecer músculos y habituar al cuerpo para las batallas de los próximos días. Ha sido como un largo calentamiento que empieza a limar tus fuerzas.
Y nada más que destacar, salvo los hermosos paisajes alpinos, pueblos bucólicos y el excelente clima para la práctica de la bicicleta: ni frío, ni calor.
Mañana empieza la primera prueba importante: otra etapa de 100 kilómetros, unos centenares más de metros de desnivel y, sobre todo, un primer puerto de 30 kilómetros para salvar un desnivel de 1.600 metros. Así que mañana: sin prisa, pero sin pausa. Y mucha paciencia.
¡Sois unos máquinas! A muerte con ese puerto, seguro que lo conseguís de sobra.
Definitivamente creo que existen los extraterrestres! 😛
Ánimo chicos, os mando muuuchas fuerzas y un abrazote muy fuerte desde la silla de mi oficina! ;(
Lo tenéis chupao!
Ánimo y que las fuerzas os acompañen
Mirar los datos de la ruta y leer eso de «una primera etapa fácil y rápida» me dá un no sé qué que no soy capaz de explicar.
Ánimo! Y sobre todo a disfrutar.
Suerte y a seguir bien y con ánimos.