Lo mejor de ocupar la última plaza en la clasificación y en la etapa es que no luchas contra nadie, solo contra ti, la climatología y el terreno. Si no fuera porque nuestra velocidad media está muy cerca de la media que pide la organización (12 km/h) para no quedar fuera de control, ir a la cola permite tomarte la ruta con cierta tranquilidad, disfrutar del paisaje y no pensar que es una competición.
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Desde el farolillo rojo (Diario de la Volcat_3)
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