Dicen que este verano será pésimo desde el punto de vista de los incendios forestales. La falta de lluvia y las altas temperaturas veraniegas anuncian unas condiciones idóneas para que el fuego haga su agosto, nunca mejor dicho. Para los aficionados a la bicicleta, y especialmente los de bicicleta de montaña, los incendios forestales son un cáncer que destruye lo que da sentido a nuestra afición.

Al igual que otros cánceres, nadie está libre de sufrirlo, surge cuando menos te lo esperas, si no lo detienes a tiempo se extiende rápidamente y puede haber metástasis si no acabas con él totalmente.

Una de las virtudes de la btt más escuchada y leída entre los aficionados a este deporte es que te permite llegar a lugares que de otra forma no alcanzarías. Cuando diseñamos nuestras rutas, tanto de montaña como de carretera, siempre trato de intuir en el mapa si será una zona hermosa, si el bosque será frondoso o si pasaremos cerca de fuentes y ríos. En definitiva, si la ruta nos permitirá disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. Una ruta en btt no siempre cumple tus expectativas de dureza o dificultad técnica. A pesar de ello, te dejará un buen sabor de boca si el entorno por el que transita es hermoso. Porque ahí es donde radica lo esencial de este deporte.

Cuando se produce un incendio cerca de donde vivimos, en alguna ocasión hemos recorrido la zona siniestrada semanas más tarde para ver todo el daño causado. Siempre resulta desolador. Sin embargo, creo que es un ejercicio necesario; el ser humano solo se da cuenta de lo que tiene cuando lo pierde. El caso de nuestro entorno natural es un triste ejemplo, con el agravante de que poco se puede hacer por recuperarlo.

¿Tendría sentido la mountain bike por bosques quemados? Los caminos, las sendas, las trialeras, los saltos, los repechos, todo seguiría ahí. Pero todo eso carecería de sentido sin la fauna y la flora. La naturaleza es el alma, el espíritu o simplemente ese “algo” que hace que todo tenga sentido cuando sales a disfrutar con tu mountain bike por el bosque.

Cuando se quema el monte, una parte de nuestra afición a la btt desaparece. Confiemos que este cáncer no acabe con la mountain bike.