Ahora que estamos en la recta final para las elecciones del próximo 22 de mayo se vuelve a repetir la misma historia: las promesas que nunca se cumplen.
Este año tiene especial relevancia las promesas que los candidatos a alcaldes hacen sobre futuros pulmones verdes y la importancia del uso de la bicicleta en las ciudades.
Cada día se puede leer en los periódicos y en internet nuevas propuestas de los candidatos en las que la bicicleta tendrá el papel destacado que se merece para la consecución de una movilidad sostenible. Son proyectos interesantes y necesarios que convertirían nuestras ciudades en lugares donde peatones, conductores y ciclistas podrían convivir en armonía. El problema de dichos proyectos es que probablemente nunca se pondrán en práctica pues, una vez conseguido el objetivo de ganar las elecciones, las promesas y proyectos prometidos caen rápidamente en el olvido.
Es una pena que solamente se acuerden de realizar este tipo de proyectos en campañas electorales, las cuales una vez acaban entierran con ella dichas propuestas, para con un poco de suerte desenterrarlas en las siguientes.